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ASUNCIÓN. En su primer informe de gestión ante el Congreso Nacional, el presidente de la República, Santiago Peña, destacó el estado en que encontró al Paraguay al asumir su mandato. Señaló que los últimos cinco años fueron de retroceso en vez de avance en el proceso de institucionalización del país.
“Recibimos un país donde, durante el último periodo de gobierno, no solo se estancó la reducción de la pobreza, sino que incluso aumentó, con un 25.5% de pobreza total y un 6.1% de pobreza extrema en el 2022. Volvió la improvisación en el nombramiento de cargos públicos estratégicos, y el fantasma de la corrupción se enseñoreó nuevamente,” afirmó el mandatario.
Peña criticó duramente la situación de las instituciones del Estado, describiéndolas como abandonadas y descoordinadas, con duplicación de funciones y desperdicio de recursos. “Se creyó que el Estado es una máquina que funciona con piloto automático; un craso error conceptual. El Estado precisa de un liderazgo que encause constantemente sus acciones hacia el servicio a las personas,” subrayó.
El presidente también mencionó la crítica situación de Petropar, que pasó de tener 200 millones de dólares en caja y ofrecer combustibles baratos a la ciudadanía, a lo que describió como “aguas tónicas de oro” y una “Petropar para los amigos”.
En cuanto a la economía, Peña señaló que asumió el gobierno con una economía que creció apenas un 0.2% el año anterior, una deuda de más de 600 millones de dólares en salud y obras públicas no registradas dentro del déficit fiscal heredado, además de una suma significativa despilfarrada durante la pandemia, que según él, no llegó a la gente.
Uno de los puntos más graves señalados por Peña fue la existencia de lo que denominó “la República de Tacumbú”, refiriéndose al sistema penitenciario, que describió como un Estado aparte gobernado por criminales. Según el presidente, esto tiene graves implicancias en la seguridad ciudadana, el microtráfico, el narcotráfico y otros delitos orquestados desde las penitenciarías.
Peña además cuestionó quién permitió tal situación y para beneficiar a quién, haciendo alusión al gobierno anterior de Mario Abdo Benítez.
ARCO LIBRE PARA EL NARCOTRÁFICO
Peña añadió que la Resolución 142 de la SENAD en 2020 dispuso el “cierre permanente” de la DIAFT, lo que relajó los sistemas de control en los puertos privados y dejó sin efecto las fiscalizaciones en tránsito fluvial. Como resultado, entre enero de 2020 y septiembre de 2022, de un total de 47,538 kilos de cocaína incautados, más del 90% fueron incautaciones internacionales, es decir, pasaron sin ser detectados en Paraguay. “Ni siquiera nuestra banca central, siempre celoso líder en institucionalidad, quedó a salvo: vimos cómo se instrumentaron nuestras instituciones con fines meramente políticos,” destacó Peña.
PÉRDIDAS EN ITAIPÚ
El mandatario también se refirió a la situación en Itaipú, donde se encontraron actas secretas y se descubrió que, en dos años consecutivos, Paraguay cedió ante las pretensiones de Brasil, causando una pérdida de ingresos de alrededor de 1.000 millones de dólares en tres años.
Peña subrayó que no solo se perdieron cinco años en el proceso de institucionalización iniciado hace veinte años, sino que se retrocedió décadas. “El patriotismo no es solo portar una bandera y cantar el himno; el amor al país se demuestra peleando por sus intereses, por su soberanía y por su independencia con todas nuestras fuerzas, y no entregándolos a otros países, a la corrupción o, como en el caso de nuestras penitenciarías: al crimen organizado”, expresó Peña.
